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Virgilio Galvis | Centro Oftalmológico

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[vc_row iw_layout=”wide-bg”][vc_column][vc_row_inner gap=”35″][vc_column_inner width=”1/4″][vc_wp_custommenu nav_menu=”41″ title=”ENFERMEDADES OCULARES”][/vc_column_inner][vc_column_inner width=”3/4″][inwave_heading preview_style_1=”” title=”{CRISTALINO: CATARATA Y PRESBICIA}”][vc_column_text]

El cristalino es una estructura transparente al interior del ojo, que permite enfocar correctamente los objetos a diferentes distancias. El cristalino tiene forma de lente biconvexa, es decir que se asemeja a una esfera achatada. Está ubicado justo detrás de la pupila y su función principal es enfocar las imágenes sin importar a qué distancia se encuentran. En esencia, el cristalino es una estructura ocular necesaria para ver correctamente. 

La capacidad para enfocar que brinda el cristalino se da gracias a la elasticidad de las fibras de colágeno que lo forman. Sin embargo, pierde esta cualidad cuando envejecemos, lo que ocasiona la pérdida de la agudeza visual. Es así como se manifiesta la presbicia.

Generalmente, esta afección aparece a partir de los 40 años debido al proceso normal de envejecimiento. Sin embargo, la edad de aparición es variable y ello obedece a factores genéticos y a la presencia de otros defectos refractivos como la miopía o la hipermetropía.

El cristalino es transparente. Las lesiones oculares, la exposición prolongada a los rayos UV, la edad y enfermedades como la diabetes, pueden hacer que pierda esa transparencia y se torne opaco. Así es como aparecen las cataratas.

Los principales síntomas de las cataratas son visión borrosa, dificultad para ver con iluminación baja y pérdida del brillo y contraste de los objetos y los colores. Las cataratas hacen que veamos como si estuviéramos detrás de una ventana empañada.

Cuando las cataratas disminuyen la visión, es necesario recurrir a la cirugía. Durante el procedimiento quirúrgico se extrae el cristalino y se reemplaza por uno artificial conocido como lente intraocular.

Conozcamos más acerca de las enfermedades más comunes:

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Todos tenemos un lente natural dentro del ojo que se llama cristalino, su nombre es debido a su trasparencia, gracias a él logramos enfocar al mirar a diferentes distancias con nitidez.

Con la edad este lente se va opacando por causas naturales generando disminución de la calidad y cantidad de la visión. Otras causas de que se opaque son traumas, alteraciones congénitas, enfermedades metabólicas como la diabetes o por consumo de medicamentos de forma crónica como los corticoides.       

Cualquier opacidad en el cristalino se conoce como catarata y su único tratamiento es la cirugía, en esta se retira el cristalino opaco y se cambia por un lente de acrílico que se va a alojar en el sitio donde se encontraba la catarata y va a estar allí (dentro del ojo) para toda la vida.

[/vc_column_text][inwave_accordions layout=”accordion2″ preview_style2=”” item_active=”-1″][inwave_accordion_item title=”Tipos de catarata”]

La catarata más frecuente en nuestro medio es la catarata senil originada por el envejecimiento y deterioro de las proteínas del cristalino por la edad, pero existen también otras causas para esta enfermedad: metabólicas, traumáticas, inflamatorias, congénitas, etc…

Algunas enfermedades:

  • Cataratas asociadas a la edad
  • Presbicia
  • Catarata por traumatismo

[/inwave_accordion_item][inwave_accordion_item title=”Síntomas”]

Los síntomas de las cataratas varían mucho de unas personas a otras, pero podemos identificar una serie de síntomas comunes:

Deslumbramiento más intenso con la luz: la persona que sufre de cataratas es más sensible a la luz, hasta el punto de llegar a molestarle y también cuando conduce de noche.

Mejora de la visión: en algunas ocasiones los pacientes afectados de cataratas manifiestan que su visión de cerca ha mejorado notablemente, esta situación se debe al comienzo de la formación de la catarata, el ojo se está miopizando, lo que provoca una mejora de la visión de cerca del paciente.

Visión borrosa: este es uno de los síntomas más frecuentes de las cataratas. El paciente percibe una neblina que impide la correcta visión, lo que interfiere en actividades cotidianas como ver la televisión, conducir… Llegado a este punto, es imprescindible acudir a un especialista, ya que, en caso de no hacerlo, la evolución de la catarata puede desembocar en una pérdida de visión más avanzada.

[/inwave_accordion_item][inwave_accordion_item title=”Tratamiento”]

El único tratamiento definitivo que existe, a día de hoy, para tratar las cataratas es la cirugía.

Las revisiones periódicas de la vista permiten una detección precoz de las cataratas, lo que evita la evolución del problema facilitando su tratamiento.

Actualmente la cirugía de catarata se realiza usualmente por microinsición (es decir incisiones de manos de 2,5 mm que no requieren suturas) y empleando un equipo conocido como facoemulsificador que vibra a velocidad ultrasónica para pulverizar y aspirar la catarata.

Luego de extraer la catarata se introduce dentro del ojo el lente intraocular, que siempre es necesario.

Hay muchos tipos de lentes intraoculares, los lentes esféricos con los cuales los pacientes con una alta posibilidad pueden quedar con buena visión lejana, pero requiere usar gafas después de la cirugía para leer. Cuando existe una condición llamada astigmatismo en la córnea, se necesita un lente tórico para corregirlo.

Ahora también están disponibles los lentes intraoculares multifocales permiten una visión adecuada tanto para lejos como para cerca, y por ello le ofrecen al paciente la independencia de gafas para ambas distancias (lo cual se logra con este tipo de lentes en más del 90% de los casos). Ahora, no todos los pacientes son buenos candidatos para este tipo de lente, y por ello se requiere una cuidadosa valoración antes de cirugía.

Por otra parte, dada la eficacia y seguridad de la cirugía moderna de catarata, no necesariamente hay que tener catarata significativa para poder ser candidato a uno de estos lentes.  En mayores de 50 o 55 años y que tengan miopía o hipermetropía significativa, aun cuando la opacidad del cristalino sea incipiente podrían ser buenos candidatos a un procedimiento denominado cirugía facorefractiva en donde se busca retirar el cristalino para colocar un lente intraocular multifocal (con la misma técnica de la cirugía de catarata) pero hecha para lograr independencia de gafas, en los casos en donde el tratamiento de cirugía refractiva con Excimer láser no sea la mejor opción.

Para poder evaluar de manera precisa cada caso y tomar decisiones en cuanto a los procedimientos mencionados, es importante realizar una historia clínica completa, exámenes diagnósticos de última tecnología y un abordaje integral del paciente por parte del oftalmólogo. Recordemos que cada cirugía tiene indicaciones precisas y debes tener una buena asesoría en el momento de implantar un lente intraocular.

[/inwave_accordion_item][/inwave_accordions][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_row_inner][vc_column_inner width=”1/2″][inwave_heading preview_style_1=”” title=”{PRESBICIA}”][vc_column_text]

Para poder enfocar los objetos cercanos el ojo humano automáticamente cambia el aumento del lente interno del ojo (llamado el cristalino) en un proceso que se llama acomodación.

A partir de los 40 años de edad se presenta una disminución de la elasticidad del cristalino lo que causa que se disminuya esta capacidad de ver con claridad los objetos cercanos. Este proceso natural, llamado presbicia, ocurre con la edad en todas las personas, aunque en algunas se puede presentar un poco más tarde.

[/vc_column_text][inwave_accordions layout=”accordion2″ preview_style2=”” item_active=”-1″][inwave_accordion_item title=”Síntomas”]

El síntoma principal es la mala visión de cerca que se manifiesta cuando el paciente empieza a alejar los objetos próximos, con el fin de obtener una imagen nítida.

Esto puede derivar en fatiga visual o vista cansada, presentando ojo rojo, escozor, pesadez ocular, dolor de cabeza.

Inicialmente los pacientes pueden leer alejando el texto de los ojos, pero finalmente se requerirán gafas para poder leer con comodidad. Las gafas no influyen sobre el empeoramiento de la visión cercana, ya que esto está determinado simplemente por el paso de los años.

Todavía no existe ningún tratamiento médico que de manera demostrada pueda evitar o corregir la presbicia.

Tampoco existe un tratamiento con cirugía que pueda corregirla de manera completa, sin embargo, existen alternativas que permiten que el paciente pueda desarrollar casi todas sus actividades sin gafas, pero se requiere una selección adecuada de los casos.

[/inwave_accordion_item][inwave_accordion_item title=”Tratamiento”]

En pacientes menores de 50 a 55 años se puede evaluar la posibilidad de cirugía con Excimer láser en una alternativa conocida como “mono visión”, en la cual un ojo se corrige de manera que quede enfocado para visión lejana y el otro para visión cercana. Siempre se debe hacer una prueba antes de la cirugía, con una simulación de la corrección que se realizará con la cirugía, usando unos lentes de contacto. De esta manera se sabrá con certeza si el paciente se sentirá bien con este tipo de cirugía. El paciente que se siente bien con la visión lograda en la prueba de mono visión, muy seguramente se sentirá igual de bien luego de la cirugía con el láser.

En paciente mayores de 55 a 60 años, se puede pensar en hacer una cirugía con un lente intraocular especial que permite que se pueda enfocar de lejos y de cerca (como por ejemplo el lente Panoptix). Esta cirugía es la misma que se hace para operar la catarata, y consiste en extraer el lente natural del ojo (el cristalino), e implantar el lente intraocular.

Los resultados de la cirugía de extracción de cristalino con implantación de lente intraocular multifocal son en general muy buenos (alrededor del 90% de los pacientes no requieren gafas ni para visión lejana ni para visión cercana), sin embargo, hay que entender que estos lentes no funcionan de una manera exactamente igual a la del cristalino natural y por ello existen algunos detalles que se deben tomar en cuenta. Usualmente se requiere un poco más de luz para la lectura y los textos demasiado pequeños pueden ser difíciles de leer.

Adicionalmente, en algunos pacientes se puede presentar que en las noches pueden verse unos halos alrededor de las luces. Este tipo de síntomas visuales nocturnos en general disminuyen en unos meses, y casi nunca causan molestias severas, pero en algunos pocos casos sí. Por ello, si la actividad del paciente requiere mucha conducción nocturna, especialmente en carretera, es posible que no sea el candidato ideal para este tipo de cirugía.

La más efectiva es la sustitución del cristalino por lentes intraoculares multifocales (tres distancias: lejana, intermedia y cercana) permitiéndonos corregir la presbicia y cualquier otro defecto de graduación asociado como miopía, hipermetropía o astigmatismo.

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