Actualmente la cirugía de catarata se realiza usualmente por microinsición (es decir incisiones de manos de 2,5 mm que no requieren suturas) y empleando un equipo conocido como facoemulsificador que vibra a velocidad ultrasónica para pulverizar y aspirar la catarata.
Luego de extraer la catarata se introduce dentro del ojo el lente intraocular, que siempre es necesario.
Hay muchos tipos de lentes intraoculares, los lentes esféricos con los cuales los pacientes con una alta posibilidad pueden quedar con buena visión lejana, pero requiere usar gafas después de la cirugía para leer. Cuando existe una condición llamada astigmatismo en la córnea, se necesita un lente tórico para corregirlo.
Ahora también están disponibles los lentes intraoculares multifocales permiten una visión adecuada tanto para lejos como para cerca, y por ello le ofrecen al paciente la independencia de gafas para ambas distancias (lo cual se logra con este tipo de lentes en más del 90% de los casos). Ahora, no todos los pacientes son buenos candidatos para este tipo de lente, y por ello se requiere una cuidadosa valoración antes de cirugía.
Por otra parte, dada la eficacia y seguridad de la cirugía moderna de catarata, no necesariamente hay que tener catarata significativa para poder ser candidato a uno de estos lentes. En mayores de 50 o 55 años y que tengan miopía o hipermetropía significativa, aun cuando la opacidad del cristalino sea incipiente podrían ser buenos candidatos a un procedimiento denominado cirugía facorefractiva en donde se busca retirar el cristalino para colocar un lente intraocular multifocal (con la misma técnica de la cirugía de catarata) pero hecha para lograr independencia de gafas, en los casos en donde el tratamiento de cirugía refractiva con Excimer láser no sea la mejor opción.